martes, 27 de enero de 2009

De pluma ajena


OTRA MENTIRA DE LA CONADEP

El sorprendente relato del militar que dice que la CONADEP le pagó por su testimonio. Es Oreste Vaello. Su declaración ante la Comisión desnudó el funcionamiento de la CNU y del Batallón de Inteligencia 601. Pero, veintidós años después, en La Plata, dijo que le habían pagado para admitirlo. Si faltaba algo, se asumió ladrón y estafador. Y más tarde confesó que lo habían amenazado.

Declaró en la CONADEP en 1984, y sus detalles desnudaron el funcionamiento interno de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) y del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército Argentino. Estanislao Oreste Vaello también dio precisiones sobre el secuestro y la desaparición de los miembros de la familia Bettini y el asesinato de Laura Carlotto.

Militar retirado del Ejército, Vaello involucró en su testimonio original a muchos pesos pesados de la estructura represiva de la dictadura. Pero 22 años después, cuando le tocó ratificar en el Juicio por la Verdad ese testimonio, declaró que la Comisión Nacional de Desaparición de Personas le había ofrecido ayuda económica para su familia a cambio de que reconociera como propios relatos ya escritos.

“No, esa no es mi firma. Ni lo que yo declaré”, dijo, y cortó como con cuchillo el aire de la Sala I de los Tribunales Federales de La Plata. “¿Pero, cómo? ¿Quiere decir que esto no lo dijo usted?”, lo interrogaron los jueces Alberto Durán, Leopoldo Schiffrin y Julio Reboredo. “No. Me pagaron para que reconociera que eso era mío”, apuntó.

A medida que avanzaba con su relato, su testimonio desorientaba cada vez más a los presentes en el auditorio. Vaello contó que sólo estuvo un año en el Ejército y que luego, hasta 1979, se la pasó entrando y saliendo de la cárcel. ¿A qué se dedicaba usted en esa época? “Era ladrón y estafador”, indicó.

El militar retirado añadió que desde 1979 hasta 1986 estuvo preso en forma continua. Y que luego recuperó la libertad. “Robos calificados, robos de automotores, cheques sin fondos, privación ilegítima de la libertad, esas cosas”, afirmó sobre los delitos que había cometido. Vaello aseguró que siempre estuvo en prisiones militares, por su condición de uniformado retirado. Pero su relato, además de asombroso, fue muy contradictorio. Le negó a Durán conocer a un hombre de apellido Valdez.

Más tarde, le volvieron a hacer la misma pregunta, y admitió conocer a ese mismo hombre. Valdez era un oficial de inteligencia.

Ante la CONADEP, declaró conocer a Arias Duval, del Batallón de Inteligencia 601. Es más, dio detalles sobre órdenes escritas de ese oficial para exterminar personas. Pero el miércoles negó haberlo conocido. El testimonio se cortó por un cuarto intermedio dispuesto por el Tribunal.

A su regreso, era visible que Vaello estaba muy nervioso. Tanto, que Durán intervino. “¿Usted está nervioso? ¿A usted lo han amenazado?”, preguntó el magistrado. “No, aquí dentro no. Pero recibí un llamado en una oficina de una ONG de Paraguay (donde vive)”, confesó.

Durán le contó después a “Hoy” que le extrañó “mucho la declaración de este hombre. Todo indicaba que iba a declarar toda la verdad que había contado a la CONADEP y terminó por darse vuelta. Pero una vez terminada la audiencia reconoció que estaba muy nervioso y me pidió que lo citara nuevamente”.

Algunos comentaron fuera de la audiencia que era posible que se hubiera sentido “amenazado”. Chicha Mariani, por su parte, dijo que siempre le pareció que Vaello era un mentiroso y que tenía internas con otros militares.

Mariano Confalonieri
(Tomado del Diario “Hoy”, de La Plata, 23 de septiembre de 2006)

El 3 de diciembre de 2004, en una conferencia de prensa, con ocasión de la 24ª Marcha de la Resistencia, la misma Bonafini reconoció: “El «Nunca Más» fue la mentira más grande de los radicales”. Hechos como los que se exponen aquí parecen darle la razón.

2 comentarios:

Fernando José dijo...

La CONADEP ha sido el fraude mas descomunal que haya sido jamás montado en territorio argentino.

Su lista de desaparecidos, algunos de los cuales se pueden encontrar en la prpia Suprema Corte de Justicia de la Nación y en otros tribunales, es la prueba mas palpable de sus soberbias falacias.

Ahora, este caso Vaello si lo comparamos con el del también falso testigo Julio Alberto Emmed, revela un patrón común. Ambos fueron presidiarios que cumplían condenas y fueron tentados por miembros de la CONADEP (El ex-juez Raúl Aragón en el caso de Emmed)para que produjeran falso testimnio.

La única diferencia entre ambos es que Vaello sigue vivo y a Emmed le pegaron un tiro en la cabeza cuando puso las cosas en claro y desenmascaró al demócrata derechohumanista Aragón.

Otro extraño testigo de frágil recuerdo algunas veces y memorioso en otras, Julio López se encuentra desaparecido. Era el preso que declaró que le habían puesto una celda con mirilla que el mismo abría para escuchar al Crio. Etchecolatz, quien tenía al parecer la extraña costumbre de planificar sus acciones e impartir las correspondientes órdenes frente a su celda para que lo escucharan. López probablemente se encuentre muerto.

Por algo Vaello demuestra miedo.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con lo expresado por el señor Fernando José. En el juicio al P.Crhistian Von Wernich, se vio el circo, cuando quisieron procesar por falso testimonio, a un santo como es el P. Pedro Traveset, y lo ensuciaron en todos los medios. En su ciudad hubo manifestaciones de apoyo, por semejante maldad. Y no pudieron seguir con el daño. Es infame todo esto que vienen haciendo desde que asumió Alfonsín, con el verso de los DDHH solo para terroristas, familiares y sus negocios.
Un saludo en Xto.
Fortinera