jueves, 2 de abril de 2009

Cada día un 2 de abril


REFLEXIONES DE
UN HERIDO DE GUERRA

La gente siempre estuvo mal informada de lo que pasó en Malvinas. Antes, durante y después. Pero se ha tratado de desprestigiar todo lo que se hizo allí. Se usa un criterio muy curioso, que nadie se atrevió a utilizar antes cuando su país estuvo en guerra: piensan algunos que los errores que condujeron a la derrota pueden tapar todos los actos heroicos de la gente que estuvo allí.

El problema es que al verdadero soldado, muchas veces no hay que buscarlo aquí, en Buenos Aires. ¿Por qué no prueban buscarlo en el Chaco, en Corrientes, en Misiones o en otras partes del Litoral? Porque aquí la gene habla porque el aire es gratis y está más cerca, más a mano, para los medios de comunicación.

Cuando llegué a Malvinas, antes de que me mandaran a primera línea, estuve en Puerto Argentino. Durante el día participaba del operativo para llevarle la comida a la gente que trabajaba en el puerto y en el aeródromo. Y, a la noche, custodiaba en el hipódromo, donde había 9.000 cajones de proyectiles Otto Melara. Estaban al descubierto. Cuando se dieron cuenta de que corrían peligro, trajeron unas máquinas para hacer varios pozos que tenían, cada uno, capacidad para colocar 3.400 cajones. Y ahí tuve que trabajar con gente de un regimiento que eran todos de Buenos Aires.
Y había que estar todo el tiempo peleando con ellos. “¡Que me duele la mano, mi subteniente!…” “Estoy cansado…” Que tengo esto, que tengo aquello. Vivían quejándose.

Cuando trabajaba con mis veinte chaqueños, correntinos y misioneros, les decía: hay que descargar los camiones con municiones y llevarlos al pozo; vamos a trabajar todos juntos. Y ninguno abría la boca ni se quejaba de algo. Pero trabajaban también el subteniente y los sargentos. Un día tuve que reprender a un cabo de otro regimiento porque se le escapaba la gente. ¡Es algo increíble!

Por eso, cuando veo esas marchas de “ex combatientes” me pregunto: ¿se atreven a llamarse ex combatientes? Porque un ex combatiente nunca va a hablar mal de su Patria, ni de la institución que estuvo representándola. Porque, al final, todas las quejas (que un suboficial le comió su ración, que otro vendió chocolates, que a tal soldado lo estaquearon), provienen de conscriptos de Buenos Aires. Yo desafío a cualquiera a que me muestre una queja de ex soldados del interior.

El problema es que las unidades que están en un centro urbano como Buenos Aires no pueden desarrollar bien la instrucción. Entonces, casi vendría a ser lógico, el soldado se acostumbra mal. Después del primer período de incorporación comienza a desarrollar algunas mañas. Empieza a salir franco, a comer en su casa… Y después, cuando les toca ir a la guerra, pretenden que los sirvan como en la paz. Hay un sinfín de imponderables que se vuelven hechos normales durante el combate. ¿O alguno puede creer que al subteniente le gustaba mojarse? ¿O tener las manos medio congeladas? No, a mí tampoco me gustaba eso. Pero tenía una misión que cumplir. El asunto es tener una convicción: si hay que hacer sacrificios, mojarse todo el día, no poder comer bien, y sabemos que con eso beneficiamos al país, adelante, bienvenido sea.

¿Por qué nunca van a preguntarles nada a los soldados del interior? Aquí se les piden opiniones, se les da manija a las quejas de los soldados de Buenos Aires. Nunca he visto en televisión o en las revistas a los provincianos. Y hay cantidad de casos. El otro día estuve con el soldado Ezequiel Vargas, del Regimiento 5, al que le falta una pierna. Está casado, vive detrás de la VII Brigada Aérea de Morón y tiene un espíritu tremendo. Las circunstancias adversas no han podido con él. Eso sí, le dan vergüenza las cosas que están haciendo y diciendo ciertos “ex combatientes”. No por haberlo sido, uno tiene derecho a llevarse todo por delante. Les asisten ciertos derechos, pero deben asumir, también, determinadas obligaciones. Debe darse ejemplo en la vida civil, precisamente por esa condición que se alega de ex combatiente.

A pesar de todo lo que tuve que padecer, si me convocaran, volvería a ir a Malvinas. El año pasado, leía un reportaje de gente que había estado en las islas. Y yo me escandalizaba, porque algunos dijeron que, para volver al frente, lo tendrían que pensar.
Siempre tengo en mente la idea de volver. Y si no puedo hacerlo, serán las otras generaciones. Sin embargo, creo que voy a estar vivo cuando las Malvinas vuelvan a ser argentinas. Nuestros muertos, los que quedaron allá, nos están llamando. Nos dicen: vengan de nuevo, por nosotros.
Y tenemos que volver por ellos.

(Testimonio tomado del libro “Malvinas: Contrahistoria”,
de Héctor R. Simeoni. Ed. Inédita, año 1984, pág. 115)


ARGENTINO:
CADA DÍA UN 2 DE ABRIL

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Camaradas digan algo acerca de estos "homenajes" de la religión democrática, festejan la derrota nacional, y los nacionalistas sin decir esta boca es mía?
El acto de plaza san martin fue vergonzoso.

Raúl

Anónimo dijo...

El acto en Plaza San Martin no fue todo lo que quisieramos, pero hubo algunos buenos discursos. Emocionante cuando el tenor canto el Himno Aurora.

Fue un paso. Hay que seguir en la brecha.

Anónimo dijo...

Si a los actos como el de plaza san martin o al banderazo fueran todos los que cacarean nacionalismo otros gallo cantaria. Mientras siga el descompromiso, el temor,y el aburguesamiento, la cosa va a seguir igual y la gente seguira homenajeando con entierros fastuosos a los culpables de los desastres de los que se queja diariamente, a los culpables de la destruccion de la Argentina...Necesitamos mas accion y menos palabras...Marcelo