jueves, 30 de noviembre de 2017

Poesía que promete



44 menos

Faltarán en la próxima partida
cuando el ancla se aparte de la orilla,
tendrá la ausencia un crepitar de quilla
un quebranto salino en plena herida.

Faltarán cuando el casco se sumerja
dejando malecones y banderas,
ojos diestros en velas o escolleras,
cuando la eslora con el mar converja.

Faltarán de vigías, la torreta
preguntará por ellos a los vientos,
sus nombres nos dirán los barloventos,
su arrojo el ondular de una corbeta.

Faltarán si la hélice reclama
su cuidado seguro, justo y propio,
si el timón o el ahusado periscopio
añoran una voz y una proclama.

Faltarán al singlar del mar inmenso
afondando heroísmos argentinos,
custodiando los náufragos caminos
con sigilo marcial, austero, intenso.

Faltarán en las mesas navideñas,
en la sala de partos,en los puertos,
en las rondas de mates, los abiertos
fogones al amparo de las leñas.

Cuarenta y cuatro menos, las rompientes
serán sus tumbas, nuevas alboradas,
que nadie se equivoque, camaradas,
ninguno ha muerto en el San Juan: ¡Presentes!

Antonio Caponnetto

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Nacionales



SAN JUAN

Algunos están señalando culpables, y los hay. Desde hace largas décadas venimos asistiendo a un proceso inexorable cuanto cruel, de inmovilización y desmovilización de las Fuerzas Armadas Argentinas.

No les han ahorrado agravios, ultrajes, vejámenes, hostilizaciones físicas y espirituales. No se las ha dejado de injuriar y de presentarlas a las nuevas generaciones como un hato brutal de genocidas.
  
La prisión retiene a muchos que deberían ser tenidos por héroes, y de la libertad hacen gala el grueso de los enemigos de Dios y de la Patria.

El menosprecio, claro, les ha ensuciado el alma y es lo más grave. Pero les ha enfermado la materia, que hoy significa el derrumbe de sus armamentos, y la dolorosa patencia de constatar nuestra poca valía física.

Tanta, que ante dramas como el del hundimiento del Submarino San Juan, rogamos el auxilio a los mismos que asesinaron ayer a los nuestros en la gran batalla del Atlántico Sur. Y no lo llamamos menoscabo a la soberanía sino solidaridad internacionalista. ¡Cuántas malditas elipsis van y vienen, sustituyendo a la palabra veraz que defina como un tajo!

No son exculpables de este drama las empinadas cúpulas castrenses, cómplices de aquellos precitados enemigos; pero peor aún: verdugos de sus propios camaradas.

Le entregaron sus fueros, sus galones, sus heridas, sus años de servicio; y al final los dejaron morir entre herrumbres, ante el gozo caínico de los cernícalos marxistas.

Mucho menos son exculpables los políticos, desde un mediano antaño hasta el reciente hogaño. Si sus nombres no damos es porque todos tienen el mismo y excecrable nombre: democracia.

A otros, que culpas no mentan, se les ha dado por comparaciones que tienen su asidero. La más certera: tener en vilo a una sociedad por un desaparecido ficto,que apareció al fin para exhibir la nadidad crapulosa de su talla de anarquista blasfemo, y que no guarde proporción alguna ese vivir con el corazón en vilo por los que hasta hoy son una cuarentena larga de desaparecidos reales y honorables. Subleva tanta inequidad manifiesta.

No negamos las razones de los unos y los otros que aquí quedan retratados. Si sirviera para algo, les llegue nuestro apoyo.

Sálvese no obstante un desacuerdo que no es de poca monta: la palabra justiciera que castigue a los infames, cargada de pasión y de vehemencia, no puede ser sinónimo de coprolalia, de exabruptalidad y de guturalidad.

Esta moda malsana no vuelve más eficaz nuestra santa ira. La vulgariza y la destina al olvido.

Se preguntaba Hölderlin para qué los poetas en tiempos de angustia. Ellos –dice el germano‒ son semejantes a los sacerdotes del dios de las viñas, que en las noches sagradas andan de un lagar al otro custodiando las semillas y las siembras. Ellos nos sirven de testigos mientras llegue la hora en que aparezcan muchos héroes, crecidos en la cuna del bronce. A menudo, un frágil navío no puede contenerlos, pero después la vida no es sino soñar con ellos. Porque es mejor soñar con los héroes, que vivir sin ellos y en constante espera.

Sería pertinente recordar estas enseñanzas a los que ahora no cesan de rezumar rencores, resentimientos y angustias sin horizontes sobrenaturales. A los que ahora no cesan su verborrea vacua y huera de todo horizonte sobrenatural y trascendente.

Stella Maris permita que estén vivos. Pero si los tripulantes del Submarino San Juan han muerto, su sangre no fue vanamente derramada.

Brotará al unísono, como la voz imprecante e impetrante de un nuevo Jonás, para espetarle al rostro de la ciudad apóstata y crepuscular, que no se puede vivir sin héroes y sin santos. Que no se debe vivir sustituyendo a aquéllos por los paródicos próceres del espectáculo, y escupiendo a los otros en nombre del secularismo.
  
Sin duda emergerá del mar esa sangre inocente para limpiar tanta hediondez política, tanta falsedad histórica, tanto orgullo nefando por la contranataura; tanto pacifismo budista y tanto veneno cultural y espiritual desparramado a mansalva.

Si nuestros pastores fueran católicos; ya mismo, y en comunión con el Pontífice ‒que se supone que aún recuerda que nació en estos lares y que fue bautizado en la Fe Verdadera‒ deberían repetir sin pérdida de tiempo una antiquísima costumbre de la España Medieval, que fue costumbre también de otras patrias cristianas.

Ante situaciones como las que estamos padeciendo se exorcizaba el océano furioso, acción litúrgica que hacían solemnemente delante de los marinos todos, formados marcialmente cual peregrinos épicos, recitando precisamente el Prólogo del Evangelio de SAN JUAN. Y a continuación, esa brava marinería, arrojaba reliquias veneradas a las olas.

A ver si hay un capellán católico e hispanocriollo en estos lares, que nos convoque a esta acción urgente y urgida. Allí estaremos entonces. Junto a los familiares, los deudos, los que aguardan sin arriar la esperanza, y los que ya han anclado la esperanza en la proa celeste. Allí estaremos, bandera azul y blanca enarbolada, Cruz en alto.

Porque es mejor exorcizar el océano que confiar en la tecnología de los gringos hipócritas. Y es más eficaz aún que toda la parafernalia de la tierra, el entonar a coro, junto a los mojones de un puerto trinitario, las estrofas imbatibles e invictas del Salve Regina.

Antonio Caponnetto

lunes, 20 de noviembre de 2017

Históricas



CZAR NICOLAS II
SU REINADO Y MARTIRIO (I)

La Historia la hace primero Dios se escribe después,  y no se manipula. Centenarios nefastos de triste recuerdo para la humanidad y  la   augusta y cristiana ejemplar familia Romanoff  asesinada con sadismo por la subversión más monstruosa que han conocido los siglos: el bolchevismo marxista leninista. Este es el sincero homenaje, de quien  escribe, para aquellos que fueron más grandes en la desventura y el calvario  que cuando ejercieron el poder. Estamos atravesando los meses en los que continuamente se nos presentan punzantes recuerdos que plumas  magníficas como son, sin duda, las de Jean Jacoby, (“El Czar y la Revolución”)  Alfredo Sáenz (“De la Rus de Vladimir al “hombre nuevo” soviético”) y Alberto Falcionelli (“Historia de la Rusia Contemporánea 1825 1917”) dieron vida a formidables estudios que corporizaron esos meses agónicos. El desencadenamiento del cataclismo aparece, en los estudios de los autores mencionados, con dramático verismo. Los capítulos de la tragedia  fueron en primer lugar: la  conjura liberal masónica estallada en  los Idus de Marzo de 1917 que destronó al Ungido de Dios el Czar Nicolás II (asesinado en julio de 1918 junto a toda su familia) y en la que estuvieron presentes oficiales generales  como nuevos Brutus, la diplomacia inglesa y francesa, ambas en repugnante maridaje de la clase partitocrática con Kerenski a la cabeza y la  plutocrática burguesía. Todos cegados por su ambición hacían el juego al lumpen siniestro del súcubo Wladimir Ilich  Ulianov Blank alias Lenin. Esa montonera de ratas, fueron los ujieres introductores de la  subversión bolchevique. El oro regalado por  la banca propiedad de un grupo anímico racial innombrable, instalaron  en la otrora SANTA RUSIA la tiranía  más bestial que han conocido los siglos.  Pero veamos lo que nos dice al respecto el Dr. Falcionelli en torno a este aporte de metal amarillo 24 kilates  para el desarrollo del calcinoma que haría metástasis en el mundo de la XX centuria,  favorecida entre 1933y1945por las finanzas de la elite  dominante en  EEUU. La extensa nota es tan rica que tenemos que darla a conocer en su texto completo. Leamos: “Entramos aquí en un terreno movedizo en el cual el historiador no puede moverse sino con precauciones si quiere franquear el límite tenue que separa la historia de la novela, me limitaré pues a relatar hechos escuetos”. Y continúa Falcionelli espacios más abajo: “En el curso de un viaje realizado por Norteamérica en vísperas de la guerra de 1914, Pablo Miliukov (uno de los complotados agrega quien esto escribe) entró en contacto con Jacobo Schiff poderoso financiero  de Nueva York y presidente del conjunto bancario Kuhn Loeb and Company que en 1904-1905 había cubierto las necesidades del Japón en  su esfuerzo bélico contra Rusia Imperial y, al mismo tiempo a la vasta campaña anti zarista desencadenada  en EEUU en ocasión de la primera subversión bolchevique acaecida en 1905. No es inútil recordar  que Schiff había apoyado con todos los medios la campaña electoral de Theodor Roosevelt y por consiguiente impedir la reelección de Robert Taft, culpable, a sus ojos, de no haber querido denunciar el tratado comercial Ruso- Americano. Evidentemente no se sabe nada preciso acerca de los contactos  Schiff- Miliukov pero, lo que sucedió en la Imperial Rusia,  a partir de Febrero-Marzo de 1917, nos permite echar alguna luz  sobre ellos. Cuando la caída del Zarismo, Troztsky (León Brosnstein) se encontraba internado  en Canadá, país beligerante militante en el bando de la Entente Aliada. Ahora bien, León Trotsky (Bronstein) estaba casado con una dama  de apellido Zhitovskly hija del gerente del Banken Estocolm perteneciendo, esta casa  bancaria al conjunto financiero de Frankfort conocido como  Sindicato Westfalo Renano cuyo principal accionista era Max Warburg concuñado de Jacobo Schiff socio de Walter Rathenau, presidente de la Hamburgo América Line. De modo que cuando Miliukov en su calidad de Ministro de Exteriores del gobierno de Lvov ,intervino ante el gobierno de Otawa en vista de la liberación de Bronstein, esta intervención fue calurosamente apoyada por el gobierno de la Casa Blanca alertado por Schiff al mismo tiempo que Warburg avisaba a Walter Rathenau quien, entonces , estaba en contacto con Ludendorff, para que el gobierno germánico permitiera el tránsito de Lenin y de su compañero por Alemania. Movimiento combinado, como se ve, y que no alcanza su punto final en el momento en que los dos nihilistas  llegan a Rusia (vía Estocolmo)  sino que, por el contrario, se acelera mayormente a partir de este momento precisamente. Sabemos que entre 1905 y 1914 Trotsky se había opuesto constantemente a los puntos de vista de Lenin en materia de agitación subversiva. Sin embargo de golpe, a partir de Abril - Mayo los dos antagonistas no solo están perfectamente de acuerdo, sino que su acción se confunde al punto de presentarse como una sola persona. Hecho extraño, y vuelto más extraño por la transformación de Trotsky, de enemigo acérrimo del bolchevismo (por su interpretación de los textos del barbudo rabino de Treveris) en segundo personaje en ideología y en primer personaje militar del bolcheviquismo leniniano ¿Qué es lo que había incitado a estos sujetos, dotados de temperamentos tan opuestos, a fundir sus puntos de vista en materia de acción terrorista revolucionaria?   Quizá encontremos un comienzo de contestación en un breve DOCUMENTO que figura en una publicación Oficial debida a la Comisión de Información Pública del Congreso de Washington. Este documento firmado por el representante del Banco Warburg  en Estocolmo, reza como sigue: Estocolmo 21 de setiembre de 1917. (Observe el lector la fecha. Un mes antes de la  llamada “revolución de octubre” así bautizada por haber estallado el octubre del calendario Juliano vigente en Rusia y que corresponde a los primeros días de Noviembre en nuestro calendario Gregoriano) Así prosigue el texto: Sr. Rafael Sholak Haparand. Estimado compañero. La dirección del Banco Warburg informa: conforme al telegrama de la dirección del Sindicato Westfalo Renano que, una cuenta corriente ha sido abierta para la empresa del camarada L. Trotsky. J. Furstemberg. (The german bolsevic  conspiration  Washington 1919).
Sucedía que, en su propia empresa, Lenin estaba  frenado por falta de dinero y Trotsky se lo aportaba. El apoyo financiero dado a la empresa  de subversión bolchevique por el conjunto de perfil semita integrado por Jacobo Schiff, Max Warburg y Walther Rathenau fue el disparo de gracia para sumir al centenario Imperio Ruso en la noche apocalíptica del demo bolchevismo. Como se ha probado históricamente, el movimiento de Febrero Marzo de 1917 encabezado por la masonería y los traidores del Ejército, con  Kerenski y la clase política, ansiosa de poder, posibilitó, con la  destitución y encarcelamiento  del general Kornilov,  que Ilich Blank alias Lenin y los sicarios de los Soviets   llegaran  controlar  la situación con el Terror de las Tchekas, amén de las matanzas  más horribles de las que se tiene memoria. Pero  el fondo del alma auténtica de Rusia se levantó para la resistencia al Anticristo  con el campesinado y el pueblo sencillo. El movimiento fue conocido como BLANCO por la importante participación de los monárquicos. Fueron los años 1918 y 1920  en los que se dividió Rusia y en los que la horda bolchevique comandada  por el sádico Troztky quien realizó una brutal carnicería genocida eliminando a centenares de miles de los considerados “enemigos de clase”. Los  nacionalistas (Blancos ) a pesar del derroche de sangre y valor fueron vencidos. Ello se debió a las vacilaciones hipócritas de un Occidente reacio en ayudar la causa anti bolchevique. Estaba presente en la dirigencia europea el espejismo masónico de una Rusia  demo liberal que había tenido fuera del orden jurídico  a los H…  desde 1825. Para la Santa Rusia, esa organización era, con verdad, la usina de los grupos nihilistas que sembraban el asesinato y el terror. Los jefes militares  Blancos, Wrangel, Kolchak (Almirante), Denikin,  Kornilov,  Krasnov, Alexéiev y otros muchos que estaban animados, tanto como sus voluntarios,  de una fe patriótica  que coincidía con la Fe Cristiana sentida íntimamente con el fervor místico que caracteriza el alma eslava. Ellos se vieron siempre en la imposibilidad de restaurar en el Trono al Ungido de Dios: Nicolás II porque Loyd George seguía la política masónica tradicional en Inglaterra que se sustentaba en oponerse a la dinastía de los Romanoff, en tanto Clemenceau, como “buen jacobino, era enemigo acérrimo de toda Monarquía Cristiana”, sin olvidar a Wilson, encarnación  del puritano farisaico que soñaba con ser mesías del corrupto y corruptor sistema democrático universal. El mismo que los yanquis  han intentado imponer  a sangre y fuego, aunque éste fuera atómico. El P. Dr. Sáenz ha escrito en el magnífico trabajo arriba citado lo que vamos a transcribir.  Así  dice: “Solzhenitzin ha percibido con claridad y conocimiento  de causa, la connivencia de Occidente con el poder soviético al tiempo que su total miopía para comprender el trasfondo metafísico y teológico del marxismo” En un subcapítulo que tituló “Occidente subvenciona a la Revolución” expresa: “Existe una verdadera alianza entre los líderes soviéticos y los capitalistas de EEUU, afirmó Solzhenitzin, en una  conferencia a los trabajadores norteamericanos, una permanente solidaridad de fondo entre la  revolución soviética y el mundo liberal capitalista de Occidente …”
“En el meollo del problema yace un malentendido acerca del comunismo para reconocerlo como la quinta esencia de un mal dinámico implacable”… “que ha contagiado a Occidente, que hoy descansa en la relatividad del bien y el mal …” hoy día el mal se considera un concepto acientífico, casi una mala palabra porque en lugar del bien y del mal sólo existe una multiplicidad de opiniones cada una tan válida como la siguiente…” “es una victoria del comunismo que esos conceptos son anticuados y ridículos” (Nota 31Pag 478”Del Rus de Vladimir…” “El coraje de ver en “Gladius II (1988)20”
Párrafos más  adelante, en el mismo estudio del P.Sáenz y respecto a la criminalidad de los sicarios bolcheviques leemos: “Por ejemplo, a la vista de los crímenes de Stalin, se piensa enseguida que ellos se dieron en exclusividad a su carácter sanguinario, pero que Lenin no era así, Solzhenitzin ha tomado como misión probar la continuidad de la ideología y de sus detentores políticos. También Lenin fue terriblemente cruel, afirma, jamás borró de su programa la violencia y el terror como elemento básico de su gobierno. Fue Lenin, y no Stalin quien despojó de la tierra a  los campesinos: quién engañó a los trabajadores quitándoles las fábricas: quien inventó los campos de concentración y la terrible represión de la Tcheka, quien recurrió a las armas  para aplastar los levantamientos en masa de los campesinos: aniquiló a la nobleza , el clero y otros estratos sociales . Y el proyecto de erradicación de la Fe, eje vital de la  colectivización emprendida por Stalin, la concibieron Lenin y Trotsky…”          
 Como queda algo por decir, vamos a poner un punto, prometiendo Dios mediante, retomar el tema en edición cercana

LUIS   ALFREDO ANDREGNETTE CAPURRO

Desde el Real de la  Muy Fiel y Reconquistadora Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevide